lunes, 14 de septiembre de 2009

Deseos Neuróticos

¿Cuestión del deseo? Si. Es la plataforma antropológica que estrella sus olas contra el muro de la razón. Es sencillo. X vive con Y. Parecen ser felices. Pero en el subsuelo de sus caracteres hay un topo haciendo casa: El deseo. ¿Acaso el ser humano puede ser transparente? Si así fuera sería estático, pero no lo es; el bendito deseo lo mueve como terremoto. Y en los varones con más ímpetu. No es extraño que Jairo quiera estar siempre echado sobre John. Es que el ímpetu es violencia, ataque, asalto…pero sobretodo, echarse sobre…la espalda del otro. Y de eso no carecen. Pero en Jairo con más vigor.

El deseo pone y quita la máscara. Eso quedó comprobado cuando Z llegó al apartamento. Fue recibido por miradas danzarinas que preferían las sombras ante que la luz. ¡Pobre David! No sería el tercer excluido…Aquí me detengo para aclarar que no se trata de una bacanal entre hombres. No. Es, al contrario, un relato real de amor por lo bello. Valga también dejar asentado que lo bello es el disfraz del deseo…en fin, mejor retomo la madeja.

John sale a trabajar y mientras tanto Jairo queda en casa. Él también trabaja, solo que lo hace pocas veces y gana muy bien. Son esos trabajos para afortunados. Y entre venga que vaya, David frecuenta a Jairo. Esto parece un trabalenguas. Bien, Jairo conoció a David gracias a M. Así que se frecuentan los tres: Jairo, David y M. Hablan, ríen, cantan, juegan. Nada distinto. Sí son raras las sombras que vagan mirando a los ojos. Esos flechazos furtivos que evocan a los Cazadores Del paleolítico; con puntas de piedra. Se estocan la barbilla, se sajan los labios, penetran sus abdómenes, pero todo es realizado por esos fantasmas que suplantan la verdad.

La palabra furtivo tiene la siguiente acepción: “quien caza ilegalmente en la propiedad de otro”. Así lo define el diccionario breve etimológico. Y como todo dueño defiende sus bosques, John no es la excepción. Huele el orín adversario y corre a marcar territorio. Claro, él no está seguro de nada; solo se imagina, huele. En este sentido es lo mismo imaginar que oler. Aquí hay tres relaciones de deseo, y todas encubiertas. Porque no es claro todavía qué es lo que desea John de David y que le produce celos. ¡Esa es la palabra! Celos. Esta equivale, en esta historia, a Furtivo.

El deseo no es malo. Al contrario, es una dignidad del humano. Para san Agustín el deseo es la capacidad natural de dirigirse a Dios. Así es posible una experiencia religiosa. Platón ve el deseo como eros. Este es la fuerza vital que conduce a la persona a lo eterno; un impulso divino. Freud quita el antifaz al deseo y se lo pone él mismo. Se trata de una energía que se reviste de bondad, de Dios, para encubrir taras. Sin embargo, no se trata solo de sexo. Es una condición humana lícita como todo lo humano. Pero, ¿Qué busca en realidad el deseo?

Cazar en territorio ajeno. Ese sabor delicioso del engaño, de la treta, del dolo, es un placer intenso. En la cacería intenta aparecer el verdadero rostro. No…el varón, ni la mujer son fraudes por naturaleza. Ellos son tan diáfanos, hasta que aparece el deseo. Cuando este aparece entonces, la persona religiosa busca a Dios, y la menos crédula, a otros dioses; cuando hay enfermedad, el remedio cura todo es Dios; ante la sociedad cruel, la persona busca regresar al vientre materno, al paraíso perdido; ante el dolor del pecado y el ideal de santidad frustrada, se busca paliar con la gracia. Quienes son más ateos y prefieren buscar dioses, cubren sus engaños con paños sucios de promiscuidad, autoerotismo, egoísmo…narcicismo. Y al final, todos los anhelos se ponen el velo.

Esta explicación tan larga es para matizar las hazañas de los cazadores furtivos. Y no es casual que tenga sonoridad con furor. Furor, furere en latín, es estar loco, delirar, rabiar. Y claro los ojos deliran y echan babaza del esfuerzo que hacen por atrapar cuerpos fibrosos. Vaya locura la de los cuerpos. Son tan, tan llenos de carne…y de espíritu, cierto. Mejor dicho, son tan sensuales. Y no por tener huesos fuertes, también por eso, sino sobre todo, por tener sensus, por involucrar los sentidos. Es que un cuerpo como el de David enloquece hasta al famoso rey que lleva ese mismo nombre. Bueno, es verdad, ese se enloquecía con frecuencia por mujeres ajenas y también por algún Jonatán.

Pues por fin triunfó el vigor, el eros, el deseo. Fue un día en que se encontraron por turnos. Claro, nada programado racionalmente, solo por azar. Y es que si hubiese mediado la razón en eso, el deseo hubiese fracasado. No, corrijo. Si se enfrenta la razón al deseo, ésta sale vituperada. ¿Acaso no decía san Pablo: no hago el bien que sé, en cambio me dedico a hacer el mal, llevado por el deseo? Ellos estaban allí. John y David veían una revista. Darío estaba donde sus padres. Así pues, el apartamento solo, ellos solos, y los anhelos hirviendo…pues estalló la olla. Primero se rozaron las manos, luego le quitaron la falda a la niña de los ojos y eso bastó para derribar los diques de la locura.

Esa tarde John salió a trabajar muy tieso y muy racional. Su deseo se había extinguido. Estaba saciado. Jairo quedó solitario en casa, eso sí, no por mucho tiempo. David llegó, tocó el timbre, -¿Quién es?- pregunta el de adentro. –Yo. Vengo a llevar unas cosas que dejé hace unos días- responde el de afuera. Y entre adentro y afuera se hizo un pegue tal que no hubo cucharita de plata que lo dividiera. Por lo menos durante una hora. Jairo lo hizo pasar, lo hirió con caricias, le dio a beber todo el líquido de la nevera exhausta por la espera. Ambos calmaron los apetitos, el hambre voraz.

Así se rompieron unas máscaras. La de David con John y la de David con Jairo. Pero aún quedaban las de Jairo y John. Y esa máscara era David. El deseo hecho carne. De todas maneras siempre hay cosas ocultas y quien juega a las escondidas es el bendito y siempre bienvenido deseo.

FIN

¿Y cómo es él?...

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Bogotá, Distrito Capital, Colombia
¿Arte o vida? En el vértice donde se une el arte y la vida hay una casualidad. En ella todo es divino. El artista que busca lo divino es un endiosado!!! Vive en el Uno.